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  • Foto del escritorCristina Méndez

Mi verdad

Actualizado: 20 abr 2021

Yo quiero ser tu princesa Disney


No seré Pocahontas, no soy Blanca Nieves, aunque me podrían confundir con ellas, está es la historia de una chica sencilla y común. Mi príncipe no es de la realeza, pero lo podrían confundir con Hércules, Superman y Tarzán.


Como el beso que salvo a Blanca nieves así será mi historia.


Principio


Empecemos de una vez está historia. Él, un chico encantador, atractivo y guapo, como todos los príncipes. Espera, espera, retrocedamos en el tiempo. 'Que guapo eres’ repetí más de una vez en mi mente. Me encanta observarlo, su paso rápido y a veces con su casco en la mano. Espera, espera, retrocedamos al futuro, ''Disculpa, tienes un momento, necesito observarte mejor''. ¡Oh Dios! ¡No!. Vale, espera, volveré a intentarlo. Ya no hace falta que pregunte su nombre, desde este preciso momento ya lo sé, quizás él pensara que se lo he cambiado, efectivamente Michael. Me parece tan perfecto con sus imperfecciones, volvamos al futuro, ¿Ya tenemos una edad para hacer una historia Disney? Pues te sorprenderá, esto solo acaba de empezar.


Volvamos al principio, mis amigas bailan, él me mira, 'Que sexy me parece', su mirada cálida, es penetrante y no deja de observarme, 'Venga va di algo, mueve tu precioso trasero', suena la música que por un instante parece no sonar. Me conquisto solo con su mirar, una foto y poco más, un acercamiento y bailar. '¡Que placer mi amor!' decían mis pensamientos, estamos muy cerca, '¿Me va a besar?', 'Lo deseo tanto como tú' rechazó el beso, se empieza a resistir, 'Él quiere recibir un beso', 'te vas a quedar con las ganas'. Siento una conexión muy fuerte, remueve electricidad, una química elegante. No sabía que esto iba a pasar, me marcho a otro lugar, sabiendo que nos volveremos a reencontrar. 'Estaré cerca'.


Reencuentro


Llegue muy grave al hospital, no sabía que él estaría ahí para salvarme la vida. Pierdo la conciencia varias veces, lo observo, está cerca. No lo recuerdo, todo está muy borroso en mi mente.


Está cuidando de mí, —Te podrás bien—resuena en mi mente.


Mi exnovio viene a verme esta vez para dejarme marchar para siempre.

—Cuida de ella— resuena en mi mente.


Grito el nombre de mi exnovio una y otra vez por el daño que le estaba causando. Michael se acerca.


Me operan, entablamos conversaciones en mi subconsciente, lo siento aún más cerca. La anestesia hace un olvido, y me cuesta recordarlo. En una de las ocasiones me cogió mi móvil, para mira mi Facebook y cree recordarme.


—Es ella— resuena en mi mente.


Creo que no está seguro de que es él. Me quiere dar la mano en muchas ocasiones, no sé si es para hacer el diagnóstico de fuerza o porque quiere darme apoyo en ese momento para aliviar mi dolor. Siento un dolor terrible, me cuesta respirar, la palpitación de mi corazón se acelera mientras él se acerca a mí. Empiezo a mejorar, no recuerdo lo suficiente en UCI, me suben a planta, alguna vez, viene a verme, creo que más veces de las que pienso. No estoy preparada para enfrentarme a la realidad, en esa cama del hospital en la que me encontraba recurro a la morfina cada vez que sentía dolor emocional. Está cerca.


Una operación tras otra, muchas conversaciones en mi subconsciente.


Después de un tiempo, me dan el alta. Mi subconsciente lo echa de menos, sufro las consecuencias de no observarlo cuando me está mirando atentamente.

Nos reencontramos en varias ocasiones en diferentes sitios. Me visita por un tiempo un cirujano, que empiezo a creer que me gusta, pero él es simplemente un apoyo, un profesional del que no me puedo encaprichar. Mi corazón es traicionero por no recordar a Michael me hace querer aferrarme a un sentimiento menos doloroso.


Al tiempo, estoy en la cafetería del hospital escribiendo, él se acerca, —¿Estás sola?—dijo. Mi emoción y mi corazón empiezan a latir. No sabía que decirle, aún no había recuerdos.


Te dejo marchar, pero nos volveremos a ver.


Pasa el tiempo, me visita otro cirujano por primera vez, me llaman para pasar a consulta, entro por la puerta, es él, sonrío y me sorprendo. —¿Me llevas tú?—pregunté. —No, te lleva Matt, pero si quieres te puedo llevar yo—dijo. Te vuelvo a dejar marchar, pero solo por un tiempo, me hubiera encantado decirte que 'si', deseaba más que tú que fueras mi médico. Por aquel tiempo aún no te recuerdo. Recuerdo cada visita con Matt, él está en la consulta de alado con la puerta abierta, estando más cerca de lo que pensaba.


Una de las enfermeras que me atiende, me hace preguntas, una pregunta que me sorprendió —¿Te gusta alguien?—. —Un chico del colegio— respondí. No fui sincera con mis sentimientos. No recordaba, no sabía qué ocurría, mi subconsciente sabia más que mi consciente. ¿Michael se informó de la conversación?, tumbada en la camilla, la enfermera habla con Michael, se escucha un sonido de llanto forzado. '¿Se estará riendo de mí?' Me pregunté.


—Te amo—dicen mis pensamientos en el subconsciente una vez más.


Una operación tras otra, otras conversaciones en mi subconsciente. Mi dolor sigue presente en aquellos días, aún no puedo decirle ¡Pasa a mi vida!. Lo amo y no soy consciente.



¿Cuánto tiempo e de esperar?


Llega el día, en que me doy cuenta de que es él, y mi mente empieza a recordar.


Su paso rápido al pasar enfrente de mí, muchos recuerdos con el mismo andar, como si de una película se tratará, así lo recuerdo una y otra vez en mi pensamiento. 'Te necesito' dice mi pensamiento en un suspiro.


Un buen día, decido hacerle una pregunta para saber su nombre, pero vuelvo a huir, él extrañado me observa. Mi pensamiento en ese momento va a una velocidad inexplicable, me empiezan a venir muchos recuerdos a la vez, busco en mi bolso el móvil como si de mi vida se tratará, pero en realidad lo estoy buscando en un espacio de mi mente.


Te vuelvo a dejar marchar, pero solo por un tiempo.


'Te amo' dice mi subconsciente de nuevo.


Otro encuentro más, mientras recojo mi cabello y me hago una coleta, esta vez a su paso lento, lo observo, no puedo dejar de mirarlo atentamente. Disimulo mi mirar, 'Hay estás tan guapo como siempre'. Se sienta en una mesa, con dos personas, una chica en silla de ruedas y un chico. Me dirijo a la cafetería, a medio camino paro mi paso, creo escuchar lo que dicen, quería hablar con él, pero decido ir a la cafetería donde tras el cristal lo puedo contemplar, me observa y no consigo entender nada, su expresión cambia, creo que me está mandando señales y no soy capaz de captarlas. Dirige su paso hacia el hospital, él de espaldas mientras presencio como se marcha. 'Te vuelvo a dejar marchar, pero solo por un tiempo' dicen mis pensamientos mientras sonrío.



26 julio 2020


Último recuerdo hasta el momento en el que actualmente escribo esta historia, estaba escribiendo en mi ordenador, sentada en la cafetería del hospital, lo observo sin saber si es él, ¡Es él! Mientras lo contemplo de espaldas, da la vuelta a la cafetería no nos estamos viendo, pero reacciono de un salto me levanto varias veces sin saber como actuar en ese momento.


'¿Por qué da la vuelta a la cafetería?' Se quiere acercar, pero decide dar media vuelta e irse.


Te dejo marchar pero solo por un tiempo.


Aunque con el tiempo, parece que esas señales ¿no eran casualidad?

Aún no soy consciente de toda la realidad.

¿Me responderás tú?






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